Jesús, el profeta de Dios, forma parte de los cinco más determinados entre Sus mensajeros como lo menciona el Corán, y es un milagro divino en sus entrañas y su ser, desde el día en el que la virgen María lo llevó, cuando lo trajo al mundo y durante toda su vida. Su nacimiento fue una prueba divina y una misericordia para todos los Hombres. Despúes de él vinieron pueblos que se alejaron de la guía justa y divergieron de la vía del monoteismo deseado por Dios.
Creyeron que Jesús fuera de esencia y de ascendencia divinas, pretextando que el Mesía era a veces Dios mismo, a veces que era su hijo y herededor, y a veces todavía el tercer de una trinidad. ¡Todas estas suposiciones sólo son ilusiones y conjeturas confusas!
El Corán y la tradición profética islámica fueron mandados precisamente para aclararnos en esto. Pero, podemos preguntarnos : ¿Por qué sería necesario referirse al texto coránico en cuanto a Jesús, hijo de María, que fue revelado al profeta Mohammed, que la Paz sea con él y su tradición profética, que lo completa y lo explica bien, mientras que fue revelado al mismo Jesús un libro santo como el Corán fue revelado? Hay varias razones para comprender esto…