- Un día, un hombre trajo una carta a Nasreddin Hodja. Sin embargo, no fue escrito en un idioma que conocía el Hodja. Se miró la carta, reflexionó un poco y lo hizo:
- No puedo leerlo.
El hombre se enojó cuando oye esto y dijo:
- Usted no es un Hodja? Si no te avergüenzas de mí, seas avergonzado de su Kavuk!
Entonces el Hodja quitó el Kavuk y lo pone en la cabeza de la persona:
- Si sólo depende del Kavuk tú lo lees literalmente!